Resistencia in the machine
Las cadenas
enormes del mundo
se han puesto en
movimiento.
Están los
engranajes crujiendo de la fuerza:
motores que se
crispan, cigüeñales que tiritan,
clavijas,
hierros, bielas, correas, combustible,
palancas,
transistores, circuitos integrados,
aceite
requemado sobre las manivelas,
los
ejes oxidados, los renegridos cables,
el
decrépito aparato de la historia
funcionando
de nuevo a todo gas.
Se ha puesto en marcha el odio
¡Cómo tiemblan los montes y la gente,
los campos indefensos y las cosas,
el mar, la luna, el cielo, el aire, el sol!
¡Todo el cosmos tirita y se estremece
al ver la enorme máquina
sin freno de la muerte!
Pero este mecanismo no puede durar tanto,
no puede ya este anómalo artilugio
seguir así por mucho tiempo más.
Observa su interior,
asoma tu cabeza y mírale:
su oxígeno se acaba, las fricciones enferman
su viejo corazón de alambre eléctrico.
¿Lo ves?
Se está muriendo.
Está la resistencia al rojo vivo.
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA ARGÜEZ