POEMAS PARA LAS BRIGADAS INTERNACIONALES

martes, 29 de julio de 2014

Resistencia in the machine, un poema de Miguel Ángel García Argüez



Resistencia in the machine




Las cadenas enormes del mundo
se han puesto en movimiento.

Están los engranajes crujiendo de la fuerza:
motores que se crispan, cigüeñales que tiritan,
clavijas, hierros, bielas, correas, combustible,
palancas, transistores, circuitos integrados,
aceite requemado sobre las manivelas,
los ejes oxidados, los renegridos cables,
el decrépito aparato de la historia
funcionando de nuevo a todo gas.

Se ha puesto en marcha el odio

¡Cómo tiemblan los montes y la gente,
los campos indefensos y las cosas,
el mar, la luna, el cielo, el aire, el sol!
¡Todo el cosmos tirita y se estremece
al ver la enorme máquina
sin freno de la muerte!


Pero este mecanismo no puede durar tanto,
no puede ya este anómalo artilugio
seguir así por mucho tiempo más.
Observa su interior,
asoma tu cabeza y mírale:
su oxígeno se acaba, las fricciones enferman
su viejo corazón de alambre eléctrico.
¿Lo ves?
                       Se está muriendo.

Está la resistencia al rojo vivo.


MIGUEL ÁNGEL GARCÍA ARGÜEZ

lunes, 14 de julio de 2014

En la espera, habla el brigadista, un poema de David Eloy Rodríguez



EN LA ESPERA, HABLA EL BRIGADISTA

I

Somos muchos y en todas partes.
Aprendimos en las escuelas de los vencidos
y sólo nos enseñaron a estar callados,
a exigir ceniza,
a aplaudir a los vencedores.
Aprendimos en los ríos revueltos.
Somos el temblor de voces
que se unen en la ciénaga,
los ojos grandes de la ciénaga,
la garganta de cristal de la ciénaga.


II

Qué hermoso sabor dejan
las verdades en la boca.

Hierbas salvajes brotando,
¿en cuáles estancias, en qué puños,
mediante qué travesías y festejos?

Hoy hemos bebido
en ronda salvaje
bajo los emparrados
agua de la luna.


III

En la aguerrida sombra, en el subsuelo,
los conjurados se entienden por señas.
Se quitan las mordazas, tienden puentes,
tartamudean posibilidades.
En una chispa de luz está ya el incendio.
Mira hondamente, desata tu perplejidad:
el incendio prosigue por los márgenes.


IV

Voy, fracaso y vuelvo.

Vencer es perder con otros
y amar el viaje.


DAVID ELOY RODRÍGUEZ

miércoles, 9 de julio de 2014

Brigadas Internacionales, un poema de Ana Vega



BRIGADAS INTERNACIONALES


Partir hacia un lugar desconocido
con la esperanza como única arma
o herramienta
o tan sólo impulso
de alcanzar utopía alguna,
mínima, no ensangrentada,
tan sólo una frase en la boca:
cerrar la herida
abierta en un país
partido en dos,
roto,
desesperado.
Teñir la mirada de un fervor
indisciplinado pero eficaz
ante la domesticación masiva
que amenaza al hombre y la mujer.
No tener miedo alguno,
saber que en cada bala,
aún conociendo su poder mortal,
se esconde el golpe
definitivo de la balanza
aquel que define
libertad
de esclavitud.
Mujeres y hombres
que se dirigen a la batalla
sintiendo la pureza
de alma
que tan sólo
quien conoció la ocasión extrema
puede reconocer en los ojos del otro,
aquella, en la que en un solo segundo
has de decidir
cuál es tu lugar en la historia.
Ellos y ellas
deciden avanzar,por tanto, con paso firme
y luchar de un modo fraternal
nunca visto hasta entonces.
Una batalla que sigue latiendo
en esta tierra
que sigue defendiendo
con uñas y dientes
su libertad.
Un homenaje tan sólo
a ese ejército de arcángeles
llegados de todo el mundo
para salvar la tierra
que hoy piso.
Sus manos tendidas
aun nos alcanzan.
También su fe
y su agonía.

ANA VEGA

jueves, 3 de julio de 2014

Como entonces, como siempre, un poema de Laura Casielles



COMO ENTONCES, COMO SIEMPRE

                                               Voy a pedir ayuda a la hermandad lejana.
                                                                                  Carlos Edmundo de Ory

Venid los justos de acción y de omisión,
los limpios de alma,
quienes tienen sucias las manos de cavar cimientos,

que vengan, como entonces, como siempre,
el poeta de la tribu y la cocinera
de las fuerzas de los mártires,

los de la palabra exacta,
los del abrazo presto,
venid,

venid aprendices de lo mismo y admirados maestros,
desconocidos compañeros de parecidas luchas,

las profetas,
las insultadas,
las inocentes,

venid las otras mujeres del corazón del hombre que amo
-primeras a las que salvar si se hundiera este barco-,

los imposibles camaradas del insomnio
con quienes discutimos encendidos los leves matices de lo improbable,

venid

los que compartís el sueño y las penurias que arrastra el sueño

venid


como entonces, como siempre,
venid hermanas del abismo y de los brotes:


que está el cielo preñado de un presagio negro

y sea para vencerlo o para caer

mejor será que estemos cerca.

LAURA CASIELLES