POEMAS PARA LAS BRIGADAS INTERNACIONALES

lunes, 22 de septiembre de 2014

Un brigadista internacional, ya anciano, hace memoria, un poema de Iván Mariscal



UN BRIGADISTA INTERNACIONAL, YA ANCIANO, HACE MEMORIA (2012)

Fui buscando encontrar el sol sobre el llano,
la comunión de las noches furtivas,
las llamas de la vida en los calveros
agitándose entre los pechos de los libres.

Llegué tendiendo las manos, abriendo los brazos,
corriendo bajo las bombas hacia ti.
Cerrando los puños al paso de camaradas
que iban a la muerte cantando en camionetas.

Teníamos la razón y estábamos rabiosos,
plenos de una ira amorosa que nos unía.

Queríamos regar raíces, escarbar la tierra,
plantar semillas en las eras de la historia,
ayudar en la fábrica, la trinchera y la escuela.
Sentirnos engranaje del ruido del tiempo.

No son propósitos vanos ni ridículos.
Nacer y asumir su reto no deben serlo.

Nunca es tiempo propicio para lo vacuo.
Nunca la vida nos permite la neutralidad.

IVÁN MARISCAL

viernes, 19 de septiembre de 2014

Los trenes del pasado, un poema de Mª Jesús Silva



LOS TRENES DEL PASADO

En algunos días de aquella primavera
nos sentábamos en la tapia
y dejábamos que los pies nos colgaran.
Los talones golpeaban contra el muro de amapolas
cuando el tren aparecía y silbaba
goteando abril.
Un vapor denso
resbalaba por los cristales apagados
como si los vagones respiraran.
Otros días nos sentábamos en el banco del andén
para estar más cerca. Veíamos las urnas
y las cajas de madera como si fuesen pergaminos
en espera de los hombres con sueño y amor.
Pero los hombres viajaban dentro
durmiendo un sueño perenne,
con brazos amputados y heridas abiertas anilladas al sol,
con ojos cerrados que guardaban un recuerdo lejano en la pupila
y gargantas destrozadas con el postrero grito apagándose en la distancia.
En sus cabezas los agujeros se habían secado con las últimas gotas de luz
de una frontera que nunca entendieron.
Algunas veces una puerta del tren se abría
y un hombre y una mujer que esperaban en el andén
recibían una caja y un saco verde,
lloraban
y abrazaban el regalo vacío de sonrisa
mientras el mensajero les despedía alzando su mano al sol.
Ellos ya no le miraban ni oían sus palabras,
sus dedos sostenían los paquetes como pétalos
y se encaminaban con pasos débiles
hacia el vértigo de una fosa.
Y el tren marchaba con las sombras retenidas
de los que siguen viaje.
Después llegó la estación donde las flores caen y  las hojas cubrían los raíles
y el tren entraba desafiando la espera de los que esperan,
reventando en su silbido el color tostado y los estómagos vacios
podridos de lombrices.
Un día de diciembre llegó la nieve
blanca y sucia en el andén,
desde la tapia desteñida de rojo vi a mi abuelo y a mi madre
y como una puerta se abrió y recibieron su presente,
retuve el temblor de sus manos,
los ojos de mi madre eran vidrios
los de mi abuelo blasfemias sordas, bruma acuchillando la ausencia
y el deseo.
Entonces supe que mi padre jamás regresaría a casa.

Los años esconden el dolor, las sombras
y me pierdo en estaciones nuevas por las que voy deshabitándome
en busca del viento del mundo,
hago transbordos de un tren a otro,
de ciudad en ciudad,
mientras espero en el andén que una puerta se abra.

MARÍA JESÚS SILVA GARCÍA

viernes, 12 de septiembre de 2014

Cuídate España, un poema de Guido Guidi



CUÍDATE ESPAÑA

 ¡cuídate España, de tu propia España!
 ...
 ¡cuídate del futuro!
 (Cesar Vallejo – Poema XIV
“España, aparta de mi este cáliz” - 1937)


¿has visto sordo lo que te decíamos?
que no debías al Franco mutilador de mujeres blancas darle alas
bruto embrutecido mendigo de las migas caídas del mantel de Europa
quizás haya tiempo para que despiertes
para que se levanten tus fusilados sin justicia
con su república aún caliente en el corazón y las manos

mírate ahora entonces, ciego
con tu vientre servido por buitres en la mesa de los inquisidores
mientras tu corona de oro robado pavonea su pretensión de madre
quizás no sea tarde para que grites
desde las osamentas expectantes de las fosas
con ojos huecos por años lo están esperando tus muertos

¿ves como las palabras del gusano te carcomieron los sentidos?
¿ves que Franquismo no es franqueza?
¿ves que seducción no es conquista?
¿ves que inversión no es memoria?
¿ves tu torpe espejo?

¿podrás apagar la hoguera alimentada con tu mejor sangre?
¿podrás abrir tu mariposa como un libro de urgente ternura?
¿podrás regresar a tus puertos con tus naves encintas
de conciencias tranquilas?

cuídate España,
demasiada sangre has derramado
dentro y fuera de tus entrañas
en ese cáliz contigo ya no brindamos

cuídate España,
cuando el banquete ha terminado
vuelven los santos a sus altares
y deberás barrer tus huesos llorando

GUIDO GUIDI

lunes, 8 de septiembre de 2014

El poema, un poema de David González



EL POEMA

La anciana hablaba con su marido
con una voz lo suficiente
mente
clara
como para que yo,
que había llegado antes para ocuparme del micrófono,
pudiese entender, con absoluta claridad,
lo que le decía.

Lo que le decía delante de la fosa común número tres
del cementerio de Ceares, en Gijón, Asturias.

Lo que le preguntaba:

¿Pero por qué a ti, cariño?

¿Por qué tuvieron que hacerte eso, mi amor?

Con lo bueno que tú fuiste siempre,
¿por qué tuvieron que asesinarte de esa forma?

¿Por qué, mi vida, por qué?


Aquella mujer, de Santander, hablaba con su compañero
como si este aún se encontrase con ella entre los vivos
y no allí,
en la fosa común número tres,
solidario con los restos de sus camaradas republicanos.

¿Pero por qué a ti, corazón?

¿Por qué tuvo que pasarte esto, mi cielo?

¿Por qué tuvieron que asesinarte de esa manera
si tú nunca le hiciste mal a nadie?

¿Por qué, vida mía, por qué?


Por eso precisamente, señora. Porque no le hizo mal a nadie.
Por eso se lo bajaron. Porque era bueno. Y ellos,

ellos no.

Sin embargo, en vez de acercarme y decírselo,
eché un candado a mis labios y me alejé de la guerra.

A eso del mediodía, se celebraba un acto conmemorativo
del setenta y seis aniversario de la II República y yo tenía que leer
un poema.

DAVID GONZÁLEZ

viernes, 5 de septiembre de 2014

Un poema de Lluís Pons Mora



El invierno era esto, te guste o no,
ya lo sabías, o presumías saberlo.
El invierno era esto y queda más por venir,
no lo mires así, llora si quieres.
El invierno era esto, tómalo o déjalo,
pero decídete ya.

Al mundo le urge saber si sobras
o si eres necesario.


LLUÍS PONS MORA