POEMAS PARA LAS BRIGADAS INTERNACIONALES

lunes, 12 de mayo de 2014

Desde el Este, un poema de Mikel Méndez



DESDE EL ESTE

El Sol nace desde el Este.
Así extiende su discurso
ante la sordera de una sangre
que prefiere el organismo apagado, obsoleto,
la piel de un eclipse acostado
o el color de un cerrojo en la tarde.
El Sol se incorpora desde el Este.
Así proyecta sus hombros
y demuestra su creación cuna a cuna,
arruga con arruga.
Va fijando su nombre en la superficie
de la Historia, la que bajó al fin
de los volúmenes adiestrados
y anduvo de la cintura de un muchacho
que la esperaba a la esquina de un fusil.
El Sol manifiesta desde el Este
en un idioma cercano
la más lejana aspiración
erguida por todo el planeta,
comenzando a sostener sobre su claridad
la tenue luz de cada lámpara,
el frágil verbo de cada quinqué.
Así, a fuego lento, calculado,
fue plasmada la palabra paz,
la palabra tierra.
Y dejó de ser paloma
para llenar una alcoba,
y dejó de pertenecer
para ser compartida.
Las fábricas produjeron escuelas,
las semillas germinaron en metralla de trigo
contra la escarcha,
en el aula se mostraba la piel
de un porvenir en ayunas
y los cuarteles fueron jardín
donde se refugió la primavera.
Los dioses se replegaron a las cuevas de cristal
con la sombra entre los dientes.
La poesía fue un martillo, una turbina,
un niño con pan entre las manos,
un orgullo de mujer en cada plaza.
El sol camina desde el Este.
Cada huella larvada en el aire
fue respirada por planetas agachados
y una vereda de cárcel fue destruida
rama a rama, hoja con hoja.
El Sol nunca se agota
por el Este.

MIKEL MÉNDEZ

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